Nela Arias-Misson fue sin duda una mujer innovadora y una adelantada a su tiempo. Nacida en La Habana de padres asturianos, pronto su vocación artística se revelará indomable y entrará a formar parte del círculo de intelectuales de la Escuela de Bellas Artes de la capital cubana. Sin embargo, movida por su enorme afán de conocimiento, se traslada a Nueva York, centro neurálgico de las segundas vanguardias artísticas, donde entabla amistad con Mark Rothko, Wallase Thing y algunos de los principales nombres del expresionismo abstracto. En Nueva York se convierte en la discípula predilecta de Hans Hoffmann y comenzará una carrera artística que discurrirá, paralela, a la del último de sus cuatro esposos, el padre de la poesía concreta Alain Arias Misson, con quien compartirá los últimos 30 años de su vida. Durante sus años en Madrid y Barcelona frecuentó a los miembros de Dau al Set y El Paso, llegando incluso a exponer en la Galería Céspedes de Córdoba en 1970.
La desbordante capacidad creativa de Nela Arias-Misson nos precipita hacia un universo mágico y espiritual pleno de contradicciones, pero siempre enérgico y definitivo. Una obra intimista, sutil, colorista y de una gran plasticidad, a través de la que penetramos en lo más profundo de una personalidad compleja, pero de una sinceridad desbordante.